No pudo ser el remate a la semana con una vela blanca en el gráfico diario: Wall Street cerró la sesión con pérdidas próximas al 0,8% ante la escalada verbal entre Rusia y Ucrania.
La tensa calma sigue moviendo al mercado de renta variable mundial. Hoy, ni el buen dato de la Confianza de los Consumidores de la Universidad de Michigan fue suficiente para templar los nervios de los inversores ante la escalada de la presión verbal en Ucrania. Y eso que el indicador alcanzó su máximo nivel desde julio de 2013, pero nada, imposible tirar de las bolsas. Menos todavía cuando en el vocabulario del ala ucranio aparece el término Tercera Guerra Mundial, claro signo del avance de la tensión entre los dos bandos.
Las dudas impidieron a Wall Street su doble objetivo: por una parte, no pudo atacar primeras resistencias, algo lógico en un escenario bajista como el que se planteaba hoy. Sin embargo, el segundo objetivo, más factible, tampoco fue posible: cerrar la semana con ganancias en el acumulado. Desde el Dow Jones hasta el S&P 500, pasando por el Nasdaq cerraron la semana en negativo, lo que deja una situación de debilidad a falta de tres sesiones para el cierre mensual.
Europa tampoco ha dejado mejores vibraciones. "Las buenas sensaciones que transmitió el comportamiento de las bolsas europeas al comienzo de la semana ha quedado muy en entredicho tras lo visto hoy", explica Joan Cabrero, analista de Ágora A.F. De hecho, "el cierre del hueco alcista que abrió el DAX 30 alemán el lunes, que habilitó el despliegue de una pauta potencialmente alcista en forma de islote, es de todo menos una señal de fortaleza", advierte.
Lo que el mercado te da por una vía, te lo quita por otra. En una cartera equilibrada no todo deberían ser pérdidas. Para la estrategia de Ecotrader, el salvador de la semana han sido las materias primas, en especial los metales preciosos. Oro y plata se han situado entre los activos preferidos de los inversores con los que buscar un refugio al aumento de la tensión en Ucrania.
También los bonos han sido objeto de compras, en especial los de los países periféricos. Las buenas sensaciones que transmiten se han traducido en la subida del rating de España que ha ejecutado hoy Fitch. La agencia de calificación sitúa la nota crediticia de España en BBB+, a tres escalones ya del bono basura.
Cifras que refrendan la demanda de títulos de Italia (esta semana ha marcado mínimos históricos en su cotización del bono a 10 años en el secundario), España (ha conseguido su mejor subasta histórica de bonos a 10 años), o de Portugal (ha vuelto al mercado con una emisión de obligaciones a una década con un tipo de interés del 3,57%).