La pérdida de soportes augura una corrección a medio plazo pero el gran cierre del viernes permite soñar con que a corto pueda haber un rebote, aunque sea tímido.
Ya señalábamos la semana pasada que las líneas de vela desplegadas por los índices estadounidenses, en forma de estrella fugaz, ya advertían de la posibilidad de que pudiéramos asistir a una fase de ajuste de las subidas de las últimas fechas. El problema es que el castigo que sufrieron las bolsas, especialmente las europeas, provocó que se perdieran soportes clave en la mayoría de casos, cuya cesión plantea un escenario que ha dejado de ser consolidativo y se ha convertido en correctivo.
De hecho, se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que las bolsas europeas hayan entrado en fase de reacción a las subidas que tuvieron su origen a mediados de junio pasado. Hay que tener presente que en tal caso un ajuste del 38,20% de este movimiento, que sería una corrección que podríamos calificar de menor, supondría asistir a cesiones adicionales de alrededor un 4%, lo que supondría ver al IBEX en la zona de los 9.100 puntos o el EuroStoxx 50 en los 2.870 puntos.
La rúbrica la tuvimos el pasado viernes ya que pese al rebote que se pudo ver el EuroStoxx 50 cerró la semana bajo su zona de primeros soportes relevantes para trading en tendencia, lo cual refuerza que el mercado europeo de renta variable ha entrado en una etapa correctiva de las subidas de los últimos meses.
Con todo, en plazos cortos consideramos altamente probable que se forme un rebote y en esta dirección apuntaron las líneas de vela desplegadas el viernes, en forma de martillo en muchos índices europeos, como el caso del IBEX 35. Este rebote tiene visos de que podría ser vulnerable aunque habrá que seguirlo con atención puesto que la tendencia principal sigue siendo alcista y una cosa es reducir exposición y otra cosa muy distinta desafiarla.
Al otro lado del Atlántico la tecnología sigue brillando con luz propia y la amenaza de un preocupante cierre semanal quedó disipada con la subida que vimos el viernes. Esta reacción permitió ver velas semanales, conocidas en el argot técnico oriental como hombre colgado, que son potencialmente bajistas pero que en numerosas ocasiones simplemente advierten de una consolidación.
En el frente de divisas lo más destacable fue ver como el euro/dólar batió la resistencia que presentaba a la altura de los 1,36 dólares por euro, lo cual refuerza el rebote desde la zona de soporte clave de los 1,3275, que podría seguir avanzando hasta, cuando menos, los máximos del año en torno a 1,3860.
En el frente de materias primas lo más relevante fue ver como finalmente el petróleo en su referencia West Texas consiguió revolverse al alza y desarrollar el giro alcista que venimos buscando desde hace unas semanas. Todo apunta a que los 91,75 dólares han sido un suelo de las caídas de los últimos meses y el punto de origen de un movimiento que podría dar continuidad a la tendencia alcista de medio plazo.