Buscar

Mañana se cumple un año del "créanme será suficiente" para salvar al euro de Draghi

Javier G. Jorrín
15:30 - 25/07/2013 | 15:45 - 25/07/13

Un día como mañana del año 2012 el presidente del BCE ponía sus cartas sobre la mesa para proteger la moneda única. Y son muchas las medidas que ha tomado Europa.

Mañana se cumple el primer aniversario de una frase que pasará a la historia del proyecto del euro. El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, formuló las palabras mágicas que trajeron el primer suspiro de esperanza en medio de la tormenta perfecta que se estaba desarrollando sobre los mercados de los países periféricos: "haré lo que sea necesario para salvar el euro, y créanme que será suficiente".

Esa misma semana la prima de riesgo española había marcado sus máximos desde la entrada en el euro en 638 puntos básicos y la italiana superaba los 535 puntos. Además, el Ibex 35 se había desplomado hasta sus mínimos de la crisis en 5.956 puntos. Una situación de caos absoluto gobernaba el mercado europeo a las puertas de entrar en un mes de agosto que prometía ser de una volatilidad extrema "ya de por sí suele ser un mes complicado debido a la caída de los volúmenes de negociación". La situación llegó a tal límite que se pasó de pensar en una hipotética ruptura del euro a valorar realmente las consecuencias positivas y negativas que podría tener.

Entonces apareció Supermario, quien se ha ganado este sobrenombre a base de apariciones como la de ese 26 de julio de 2012. El escenario tal vez no era el más apropiado, ya que se encontraba en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres, pero la gravedad lo obligó. A su discurso en defensa del euro añadió que "en el momento en el que las primas de riesgo dañen el funcionamiento de los canales de transmisión de la política monetaria, ya entran en nuestro mandato". No fueron necesarias más palabras ni medidas concretas, los mercados comenzaron a relajarse de inmediato.

Llegan los hechos

No fue hasta septiembre cuando el presidente del BCE concretó sus planes: la creación de un programa de compra de bonos en el mercado secundario conocido como OMT (por sus siglas en inglés de Operaciones Monetarias de Compraventa). Esta adquisición de deuda tendría un carácter ilimitado y se centraría en los títulos con vencimientos entre uno y tres años. El único requisito que impuso Draghi para activar esta herramienta fue la necesidad de que el país solicitara formalmente el rescate a Bruselas.

Meses después, el líder de la institución calificaría este programa como uno de los más exitosos (sin tener ni siquiera que activarlo), de todos los que ha puesto en marcha el BCE, ya que sin tener que emplear un solo euro consiguió superar la mayor crisis que ha sufrido el euro. Como bien se sabe, ningún país europeo ha pedido el rescate desde entonces, por lo que no ha sido necesario activar la compra de deuda del BCE.

Sin embargo, la barrera psicológica que creó Draghi al apostar todas sus fichas por la continuidad del euro fue suficiente para despejar las dudas y ahuyentar a los especuladores.

Fragmentación

Supermario consiguió evitar la ruptura del euro, pero por el momento no ha conseguido acabar con la fragmentación de los mercados de financiación de los diferentes países. Los Estados de los países periféricos y sus compañías tienen que pagar una prima importante para conseguir liquidez en el mercado por encima de lo que pagan los países del núcleo de la Eurozona, como Alemania o Francia.

Para luchar contra esta fragmentación y enfrentarse a la crisis económica europea, el Banco Central Europeo rebajó sus tipos de interés hasta el mínimo histórico del 0,5% el pasado 2 de mayo. También ha situado la facilidad de depósito "cuenta que permite a la banca europea depositar su exceso de liquidez a un día" sin remuneración, esto es en el 0%, con el objetivo de movilizar los fondos que diariamente depositan las entidades.

Finalmente, el pasado 4 de julio, Mario Draghi volvía a hacer historia al marcar una hoja de ruta para la política monetaria de la institución, algo que no había ocurrido nunca. El camino marcado por la institución pasa por mantener los tipos de interés "en estos niveles, o incluso inferiores por un periodo de tiempo prolongado". Puede que no llegue a rebajarlos nunca, pero Supermario ha sido capaz, una vez más, de transmitir calma al mercado sin implementar ninguna medida concreta.