Pese a que a ambos lados del Atlántico se extendieron las pérdidas, no se perdieron soportes relevantes el lunes ni en Europa ni en EEUU.
Con la temporada de resultados casi terminada y Grecia más o menos atada, los inversores encontraron esta vez argumentos para vender bolsa en los datos económicos. El primer varapalo vino de la mano del gigante asiático: China redujo su objetivo de crecimiento para este año, y que la economía china se ralentice no es un buen síntoma para el resto del mundo, sobre todo cuando en Europa los datos publicados no fueron para tirar cohetes.