El español es el mercado que ofrece más rendimiento a través de su dividendo que de su deuda a 12 meses. Pero la previsión más fiable dentro del Viejo Continente lleva sello británico.
El mercado europeo dio la semana pasada el golpe en la mesa que se esperaba, al romper resistencias. Y, a falta del Ibex 35, hasta los índices rezagados como el Mib italiano han hecho lo propio destapando más oportunidades de compra.
Pero como la renta variable no está exenta de riesgos, hay que buscar más argumentos a su favor y uno de los mejores es el seguro que ofrece la retribución al accionista. Más aún, cuando la rentabilidad por dividendo de los principales parqués europeos saca como mínimo 2 puntos porcentuales de ventaja a un activo considerado más seguro, como son las letras a 12 meses.
Pero ni todos los dividendos europeos son igual de competitivos, ni todos igual de fiables. El parqué español sigue siendo el líder indiscutible en cuestión de pagos al accionista. La rentabilidad por dividendo que se espera para este año del Ibex 35 supera el 6,4%, es decir, ofrece más de 4 puntos porcentuales más de rendimiento que las letras a 12 meses (tomando como referencia la última emisión del Tesoro en enero, en la que la rentabilidad se colocó en el 2,04%).
Esa brecha de diferencia convierte al dividendo español en uno de los que más ofrecen en relación a su deuda a corto plazo, sólo igualado por la bolsa francesa, cuya retribución al accionista rentará un 4,3% de media si se cumplen las expectativas, mientras que por la vía de la deuda a 12 meses gala un inversor podría 'cazar' sólo un 0,4%, teniendo en cuenta el interés de la última subasta.
El refugio que ofrecen la deuda francesa y la alemana para los inversores, frente a la de los países periféricos, provoca que, con tan bajos rendimientos de sus emisiones a un año, la retribución al accionista ofrezca un buen pellizco, en comparación. La rentabilidad que se espera, de media, de las compañías que componen el índice Dax, saca más de 3 puntos de diferencia al irrisorio coste de financiación al que se somete el país germano (la última colocación, del mes de enero, ofreció un rendimiento del 0,07%).
Pero que el español siga siendo el mercado que más ofrecerá por la vía del dividendo, o que la retribución al accionista alemán sea mucho más atractiva que su deuda, no quiere decir que sean las más sólidas. Ese lugar está reservado para las compañías británicas. En plena temporada de resultados, y con muchas incógnitas aún por despejar, el escaso consenso que existe sobre algún que otro dividendo, convierte las expectativas en menos fiables. Más aún, en bolsas muy bancarizadas como la española, sobre las que pende la duda de los recortes de dividendo ante las exigencias de requisitos de capital.
En el caso del Ibex, de media, la diferencia entre las previsiones más optimistas y las más cautas sobre dividendos para este año alcanza el 99% -se ha excuido para el cálculo el caso de Gamesa, en el que la estimación más optimista multiplicaba por más de 20 a la mínima-.
Dentro de las fronteras españolas la mayor unanimidad en cuestiones de dividendo está en Enagás, Acerinox o Acciona (se esperan 1,11; 0,45; y 3,20 euros por acción de media, respectivamente, y las previsiones no se mueven mucho más allá).
Las mayores distorsiones se encuentran en Sabadell y Bankia. En el primero, la estimación más alta supone multiplicar nada menos que por cuatro la previsión más conservadora, mientras que en el caso de Bankia las cifras van de 0,02 a 0,16 euros por acción. En Bankinter la diferencia de criterio es del doble y hasta en el dividendo de Santander las dudas de los analistas casi alcanzan esa misma brecha.
Sin embargo, en el parqué británico es en el que parece haber mayor visibilidad en dividendos. Eso sí, es preciso tener en cuenta el efecto divisa. Imperial Tobacco, CRH o Compass Group, son las compañías en las que hay mayor consenso (la estimación más elevada y la más pesimista se distancian menos de un 10%).