El año está cerrado. Al menos en Europa, y no con muy buenas sensaciones. Pero la última semana bursátil ha dado bastante de sí en cuanto a movimientos estratégicos.
Las que vivimos, son fechas en las que casi todo el mundo lleva a cabo un balance sobre el año terminado y hace acopio de propósitos y previsiones para el que está por venir. Sin embargo, 2010 no está tan cerrado como aparenta y deja, como las buenas series de ficción, muchas incógnitas por despejar.
Los índices estadounidenses continúan cotizando en zona de máximos, sí, pero a la renta variable europea ya se le ha colado una pequeña piedra en el zapato, y no es otra que la flaqueza de los que hasta ahora eran los bastiones alcistas en el Viejo Continente, como el Dax alemán o el EuroStoxx 50. Los inversores habrán dado carpetazo al año, pero la última semana bursátil de 2010 ha dejado tras de sí algunos cambios estratégicos.
Pese al tropiezo de los parqués en la última jornada, mantenemos nuestra exposición a renta variable en el 75 por ciento, mientras el pequeño aviso de fin de año no se convierta en una preocupación mayor. Porque, para hablar de un movimiento que pueda invitar a reducir las posiciones de riesgo, tendríamos que ver al Ibex perder los 9.800 puntos ?tal y como señala Carlos Doblado, analista de Bolságora para Ecotrader?, después de que un renqueante Eurostoxx flaquee ya por debajo de los 2.810 puntos.
Mientras tanto, hemos seguido añadiendo a nuestra cartera valores internacionales. La tecnología nos sigue gustando, y más si se trata de valores rezagados como Cisco Systems, la más reciente incorporación. Además, activamos Randstad y nuestra segunda incursión en acciones japonesas: Japan Steel (que se une a JFE Holdings). Además, hemos cerrado parcialmente nuestra posición en BME antes de que comience 2011, aunque mantenemos el resto protegiéndolo con un stop en 17,9 euros.
Donde también hemos decidido salvaguardar los beneficios es en nuestra estrategia en oro. El metal precioso continúa sobre los 1.400 dólares, pero preferimos curarnos en salud estableciendo los 1.360 dólares como un nivel adecuado para plantearse reducir exposición si se pierde.
Una de las grandes incertidumbres de 2011 es qué pasará con el dólar. Nuestras posiciones en divisas se centran en el billete verde frente al dólar canadiense, neocelandés y al yen, aunque nos hemos visto obligados a cerrar parcialmente la estrategia frente a la moneda nipona, porque no evolucionaba según lo esperado. También existe contrapartida al billete verde y es la posición que mantenemos en el dólar australiano.