Con la aparente estabilización de la pandemia en Europa, algunas compañías han hecho un balance más especifico de lo que el Covid-19 ha supuesto para ellas. La catalana Grifols anunciaba este lunes 8 de junio que el coronavirus dejará un agujero de 200 millones de euros en sus cuentas y señalaron que dicho impacto se verá reflejado en el primer semestre del año. Para mitigar estos efectos nocivos han puesto en marcha "un plan de contención de gastos no estructurales".
La empresa de hemoderivados está subiendo en el mercado de valores cerca de un 2%. Gracias a este rebote la firma de Josep Antoni Grífols i Roig se aleja en cerca de un 20% de los mínimos en los que se situaron el pasado mes de marzo.
El efecto de la pandemia en sus previsiones de beneficio neto para el conjunto del año ha sido mucho más reducido. Los analistas solo han mermado en un 4% las estimaciones indicadas a principios de enero y se espera que cierre el año superando los 700 millones de euros. El impacto en las cuentas de 2021 también será muy reducido y los cálculos de comienzos de año solo se han deteriorado en un 8%. De hecho, ganará más de 800 millones de euros el año venidero.
En consecuencia, varios bancos de inversión han decido revisar su opinión sobre la compañía. Este ha sido el caso de HSBC que ha mejorado sus recomendaciones hacia la firma catalana. De esta manera, más del 70% de los expertos que monitorizan a Grifols aconsejan entrar en su accionariado, lo que la convierte en uno de los grupos con mejor recomendaciones de todo el Ibex 35. Además, el consenso de mercado les otorga a sus títulos un potencial de retorno del 18,8% para dentro de doce meses.