La flor en el desierto que ha supuesto Aramco en materia de salidas a bolsa no enmascara el mal ejercicio que ha sido 2019 en ese sentido. Un año más, y ya van dos consecutivos, el número de empresas que han optado por dar el salto al parqué para atraer capital se ha visto reducido.
La mayor volatilidad y el temor a los bandazos de los mercados en el proceso de resolución de los conflictos geopolíticos que perturbaban el horizonte de los inversores (como el Brexit o la guerra comercial) han detraído el interés de las compañías en optar por esta vía.