Hasta hace pocos meses, la mayoría de los inversores podían guardar sus ahorros en los bonos soberanos más seguros sabiendo que, al menos, recuperarían su inversión más un rendimiento moderado. Sin embargo, los cada vez mayores temores a una fuerte corrección en la renta variable mundial junto con las mayores expectativas de que tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo no sólo mantengan los estímulos actuales sino que los incrementen mediante nuevas bajadas de tipos de interés, han hecho que el apetito por la deuda pública crezca hasta llevar a muchas de sus referencias al terreno negativo.
Así, se está viendo la paradoja de que pese a tener que pagar por financiar a países como Holanda, Suiza, Alemania o Francia, los inversores siguen comprando esos bonos a la espera de que el precio de la deuda siga subiendo (y sigan cayendo los rendimientos) y ahí sacar la rentabilidad que ya no dan los cupones de estas emisiones. Muchos expertos ya han comenzado a hablar de burbuja en la renta fija, o al menos de "trampa", como hacen los expertos de Altair Finance AM, al "no ver racionalidad en esta situación". De hecho, no recomiendan "unirse a la fiesta porque creemos que puede torcerse en cualquier momento y tirar por tierra muchísimo más de lo que se puede llegar a ganar", explica Carlos Mendoza, gestor de la firma de inversión.