La celebración de la llegada del año nuevo siempre trae asociada consigo la estipulación de nuevos propósitos. Este año, los del inversor de renta variable irán destinados a saber pasar por alto las vicisitudes que pueden lastrar al mercado y que de hecho, ya lo han hecho en 2018, tales como un crecimiento económico menor del previsto con anterioridad, una guerra comercial entre las principales potencias mundiales que ya se deja sentir en la economía mundial y una subida de los tipos de los interés en EEUU y probablemente en Europa, que no suele ser bien recibida en los parqués.
Los inversores deberán, por tanto, sobreponerse a la volatilidad y a todos estos acaecimientos para no dejarse llevar por el contexto económico menos favorable y lograr dar la vuelta a la tortilla y conseguir registrar un año de ganancias en el mercado. Algo que, a fecha de hoy, parece una tarea harto complicada dado el comienzo del ejercicio Bursátil.