Son bien conocidas las fortalezas de Micron Technology, el más rentable de los 19 valores que forman parte de la cartera actual de elMonitor.
Desde que se incorporó a la herramienta de inversión de elEconomista a finales de abril, las acciones de la compañía estadounidense han ganado un 27% y todavía podrían subir más, en concreto otro 31%, según las cifras del consenso del mercado que recoge FactSet, con lo que sus títulos podrían alcanzar la zona de los 77,5 dólares desde los 58 actuales. Incluso podrían elevarse hasta los 80 dólares, como señalan desde RBC Capital Markets, o los 115 dólares que auguran desde Rosenblatt Securities.
Las acciones de Micron se revalorizan un 27% durante su etapa en elMonitor, pero es que han llegado a ganar un 31%. Aún mejor: en lo que llevamos de año avanzan por encima del 42% en bolsa, situándose entre los cinco valores más alcistas del Nasdaq 100, por detrás de Netflix, Align Technology, Amazon y Adobe Systems.
La compañía estadounidense es el tercer mayor fabricante de módulos de memoria para el almacenamiento de datos del mundo, y produjo el 23% de todas las memorias DRAM en el primer trimestre del año. Además, sus beneficios crecen a doble dígito por el aumento de los precios, lo que ha alertado a las autoridades chinas, que hace unos días visitaron las sedes de Micron, Samsung y Hynix, los mayores fabricantes, con la intención de investigar si estas firmas están manipulando los precios, según reveló un portavoz de Hynix.
¿Pondrá esto en peligro la fortaleza de Micron en el parqué? En medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que concierne a materias primas como el acero y el aluminio y también a la industria de la automoción, existe otra batalla paralela por la fabricación y el suministro de los materiales semiconductores, como los chips o microprocesadores de memoria, a la que ha prestado mucha atención estos días la prensa estadounidense. "China es el mayor productor de semiconductores pero no cuenta con ninguno de los diez primeros fabricantes", apuntan desde Bloomberg. De hecho, señalan, la mitad de las ventas de Micron procedieron del país asiático el año pasado.
China es el país más poblado del planeta y, el año pasado, compró alrededor del 90% de los semiconductores de memoria que necesitaba su industria a compañías extranjeras para su utilización en muchos productos, desde teléfonos inteligentes a automóviles, según explican desde CNN. El país ya compra el 60% de los chips del mundo y espera pasar de aumentar las compras desde los 350.000 millones de dólares en 2016 a los 500.000 millones en 2020, de acuerdo con las cifras de un estudio de McKinsey recogido por CNN.
"Un número creciente de aparatos conectados -no sólo ordenadores personales, tabletas y teléfonos- requieren ahora de chips de memoria", explican desde el portal de información financiera The Motley Fool, "lo que significa que las ventas de Micron no disminuirán de forma abrupta, como ha ocurrido en años anteriores, sino que en su lugar continuarán con la subida constante en un superciclo", sostienen.
Esto perjudica a las empresas chinas, que ven cómo sus manufacturas de productos tecnológicos se encarecen y los márgenes se reducen si los precios de los semiconductores suben sin cesar. En The Motley Fool cifran en un 20% el consumo chino mundial de chips DRAM y en un 25% de los de tipo NAND. "Para reducir su dependencia de los fabricantes de microprocesadores extranjeros, China invirtió agresivamente en la expansión de su industria doméstica de DRAM y NAND", relatan, como es el caso de Tsinghua Unigroup, la empresa pública que intentó adquirir Micron Technology hace casi tres años, así como de las firmas Changjiang Storage, JHICC e Innotron.
La tensión comercial entre China y Estados Unidos también tiene que ver con la transferencia de tecnología entre ambos países. El Gobierno chino quiere ser autosuficiente y no depender de otros para conseguir los chips que necesita, y ha intentado hasta en dos ocasiones comprar participaciones en varios fabricantes estadounidenses. En ambas ocasiones Estados Unidos bloqueó la operación.
"El mayor foco de tensión es el fabricante chino de teléfonos inteligentes ZTE, al que le han prohibido comprar piezas, incluyendo chips, de compañías estadounidenses", informan desde CNN. La Casa Blanca prevé imponer tarifas por valor de 50.000 millones de dólares de bienes chinos a raíz de una investigación sobre la manera en que el país asiático maneja las transferencias de tecnología y la propiedad intelectual.
Así, "la moratoria ha acabado con ZTE porque depende de los componentes estadounidenses, como los chips de Qualcomm, para construir sus teléfonos inteligentes", avanzan desde Bloomberg. A su vez, Qualcomm, el mayor fabricante mundial de microprocesadores de telefonía, está a la espera de que los reguladores de anticompetencia chinos aprueben la adquisisión de la compañía NXP Semiconductors.
Sin dejar de lado el hecho de que el coste de los microprocesadores afecta a las cuentas de los fabricantes chinos, lo cierto es que uno de los temas de fondo parece residir en el devenir de estas fusiones y adquisiciones, que abrirían la puerta del conocimiento científico y tecnológico a las empresas asiáticas. "China podría estar también usando esta preocupación por el precio como forma de presionar a los fabricantes de memorias [estadounidenses] para que compartan su propiedad intelectual", subraya Mark Newman, analista de Bernstein.
La visita de las autoridades chinas a Micron, Samsung y Hynix "podría simplemente ser para evaluar el futuro de la industria, y no la antesala de una investigación antimonopolio", escribe el analista Leo Sun en The Motley Fool, aunque llama a los inversores a ser cautos. "No me sorprendería si la escalada de tensiones comerciales entre Estados Unidos y China desatara una investigación antimonopolio contra Micron", alerta.
Desde luego, un pleito reciente planteado en California por el que se acusa a Micron, Samsung y Hynix de conspirar en una presunta fijación conjunta de precios será un arma que China podría esgrimir a su favor.