Hace años que se viene hablando de la amenaza que pueden suponer los grandes jugadores tecnológicos para la banca tradicional. Y, aunque aún están lejos de alcanzar cuotas importantes en este sector, lo cierto es que ya están dando muestras de lo que son capaces y, más aún, de lo que serían capaces de hacer.
Por sí solas ya son empresas atractivas. De hecho, todas reciben una recomendación de compra por parte del consenso de mercado. Por ello, si a sus negocios se les suma el crecimiento que podrían alcanzar en el nicho bancario, el potencial es prácticamente incalculable.
Para poner los datos sobre la mesa valga un ejemplo: en una nota de prensa publicada en junio por Amazon, la compañía informaba de que en el último año había prestado más de 1.000 millones de dólares a pequeñas empresas. "Su gran capacidad computacional en términos de infraestructura y plataformas de su área Amazon Web Services, le otorga un gran potencial en el medio plazo como para poder convertirse en una gran plataforma de productos y servicios financieros, tanto propios como de terceros", indican desde el IEB.
Precisamente, Alphabet es otra de las amenazas importantes para el sector tradicional. Cuenta con Google Wallet, un sistema de pago que, entre otras cosas, permite enviar dinero a través del correo electrónico como si de un archivo adjunto en un email se tratase. Es más, la compañía cuenta con un bróker gratuito en Estados Unidos llamado Robin Hood.
Son sólo unos ejemplos del potencial que tienen este tipo de compañías en un sector como el financiero. Además de sus imponentes balances financieros, cuentan a su favor con ser ídolos de masas. Este tipo de empresa cuenta con millones de usuarios que tienen una experiencia satisfactoria con sus servicios y que las valoran muy positivamente. Una imagen que contrasta con la de la banca tradicional, sobre todo en ciertas generaciones como la de los 'millennials'. A esto se une el hecho de que las grandes tecnológicas manejan una cantidad ingente de datos sobre los usuarios y sus preferencias, por lo que pueden personalizar los productos de manera muy acertada.
"La insatisfacción con los actores dominantes favorece la aceptación de las nuevas tecnologías financieras y afecta sobre todo a los bancos, muy denostados desde el estallido de la crisis financiera mundial. Estas actitudes son especialmente fuertes entre los jóvenes. En una encuesta realizada entre 'millennials' estadounidenses, el 71% señaló que preferían ir al dentista antes que escuchar a su banco, mientras que cuatro bancos estadounidenses figuraron entre las 10 marcas menos valoradas", explican desde Fidelity.
Junto a Amazon y Alphabet, Facebook es otro los jugadores fuertes. Desde el pasado 30 de diciembre la empresa que dirige Mark Zuckerberg está inscrita en el registro oficial de entidades del Banco de España bajo el nombre de Facebook Payments International Limited. Es decir, tiene permiso para operar como una entidad de dinero electrónico (hacer transferencias, recoger donaciones...), algo que ya funcionaba en Estados Unidos. Asimismo, los usuarios de Messenger pueden enviarse dinero.
Uno de los grandes atractivos de estas tres compañías es su posición de caja y, en definitiva, de liquidez. Entre todas sumarán este año más de 140.000 millones de dólares según las previsiones, siendo Alphabet la alumna aventajada con casi 80.000 millones.
También saca ventaja la matriz de Google en lo que a potencial alcista se refiere. Si bien en lo que llevamos de año ha ganado más de un 22%, de cara a los próximos doce meses los expertos esperan que avance otro 10%, lo que llevaría a los títulos a superar de nuevo la cota de los 1.000 dólares. Por su parte, Amazon, que sube más de un 40%, cuenta con un recorrido del 8% mientras que la red social más famosa del mundo, que desde enero se anota un 44%, tendría por delante una subida del 4%.
Asimismo, destaca el crecimiento que se espera para los beneficios de estas tecnológicas. En el caso de Alphabet sus ganancias mejorarían este año un 53%, alcanzado los 29.700 millones de dólares. Un aumento del 43% es lo que protagonizaría Facebook, si se cumplen los pronósticos de las firmas de inversión, y Amazon lograría un incremento del 38%.