Unos días atrás, el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, recomendó cerrar el procedimiento de déficit excesivo para Grecia después de que el país heleno cerrase el ejercicio anterior con un superávit del 0,70%. Sin embargo, hace apenas un lustro, los mercados europeos se tambaleaban ante la idea del colapso de una zona euro que ya sumaba más de 13 años de unión a sus espaldas.
Las preocupaciones no eran infundadas, tres países ya habían solicitado un rescate (Grecia, Portugal e Irlanda) y el contagio llegaba a dos de los países más importantes de Europa: Italia y España. El futuro del euro estaba en juego.