Hace 50 años que Stanley Kubrick llevó a las salas de cine de todo el mundo su particular 2001: Odisea en el espacio. En aquella película, considerada uno de los máximos referentes del cine de ciencia ficción, una manada de gorilas, temerosos y asustadizos, en la que imperaba la ley del más fuerte, evolucionaron repentinamente tras la aparición de un gran monolito negro de origen extraterrestre. Se presupone que, desde entonces, esta gran piedra les dio fuerza suficiente para empezar a utilizar los instrumentos de que disponían para empezar a conquistar otros lugares y expandirse. Parte de la banca tiene su monolito de supervivencia más cerca de la mano.
Con la mirada puesta en una subida de tipos que se ha vuelto a adelantar tras las palabras de Mario Draghi hablando de la fortaleza de la zona euro esta misma semana, el incremento del precio del dinero se prevé ya para junio del próximo ejercicio. De confirmarse, la noticia daría fuerza suficiente al sector financiero -acechado por las dudas sobre la solvencia de sus balances y, sobre todo, de sus activos inmobiliarios- para dejar florecer unos beneficios más abultados a partir de 2020 y reforzar el rally bursátil de los últimos meses. Lo llamativo es que ni siquiera la espectacular revalorización que vivieron las entidades españolas ha sido suficiente para cambiar la opinión de los analistas, muy escépticos con respecto a incluir bancos en cartera. CaixaBank, la más alcista de todas las entidades desde que el 4 de octubre del año pasado se pusiera sobre la mesa el primer rumor acerca de una subida, ha duplicado su tamaño hasta capitalizar cerca de 25.600 millones de euros. Entonces, ¿cuándo será el momento de volver a ver bancos con recomendación de compra? El problema es que quien quiera comprar puede hacerlo demasiado tarde, como se ha demostrado en el último medio año.