Los fondos cotizados que replican índices con un alto componente de gestión activa han duplicado sus activos en Europa en los últimos dos años y son una de las estrategias clave para las grandes gestoras de productos cotizados.
En pleno debate sobre si es mejor la gestión activa que en teoría realizan los fondos tradicionales o la pasiva que llevan a cabo los ETF, hay un híbrido que está consiguiendo ganarse el favor de los inversores. Se les llama ETF Smart Beta y no son otra cosa que ETF que replican índices cuyos componentes no ponderan en función de la capitalización sino en función de otros criterios como cuantitativos, fundamentales o de volatilidad. Es decir, índices con un alto componente de gestión activa.