La volatilidad ha sido la tónica general de la 'divisa común' en la semana ya que pasó de atacar los 1,14 dólares a perder los 1,13 que finalmente ha conseguido recuperar en la última jornada.
El euro ha sido una de las monedas protagonistas de la semana. La divisa común ha pasado de atacar los 1,14 dólares en las primeras sesiones a perder los 1,13 dólares. Una cuota que finalmente ha conseguido recuperar en la jornada del viernes. Pese a ello, en el cómputo semanal se ha dejado un 0,75%.
Y es que, la reunión del Banco Central Europeo es la semana próxima y la divisa del Viejo Continente se ha convertido en una de las monedas más bajistas del día sólo superada por el franco suizo.
La moneda helvética no ha logrado cerrar en positivo frente a ninguno de los 10 cruces más importantes que monitoriza Bloomberg. Entre las causas puede estar que continúa adelante la medida impulsada por el gobierno polaco para convertir a zlotys, la moneda nacional, las hipotecas calculadas en francos suizos. El presidente del país, Andrzej Duda, se ha reunido en la semana con expertos para modificar el proyecto de ley inicial presentado en verano.
El dólar, por su parte, ha experimentado una semana mixta pese a la cual el Bloomberg Dollar Index ha cerrado ligeramente a la baja perdiendo poco menos de un 0,1%. Así, el índice que pondera los cruces más importantes del dólar ha concluido en la zona de los 1.178 puntos en la que ha sido su tercera semana consecutiva de pérdidas.
Los que sí que han logrado cerrar al alza han sido las divisas commodity, gracias a las alzas experimentadas por el petróleo, a la espera de la reunión que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y otros estados como México o Rusia mantendrán el domingo.
La más alcista de ellas ha sido el dólar australiano. Una moneda que se ha visto ayudada porque el país creó en marzo 34.900 empleos, lo que contrasta con la caída de 15.900 experimentada en febrero. Así, ha logrado cerrar al alza con los 10 cruces más líquidos.
Con todo ello, los países asiáticos han sido los protagonistas de la semana. El Banco Popular Chino ha decidido en la semana llevar a cabo la mayor devaluación del yuan desde el pasado 7 de enero. En concreto, la entidad ha debilitado a la divisa en un 0,46%, lo que significa fijar el tipo de cambio intermedio a 6,4891 yuanes por dólar desde el 6,4591 anterior. Para Miguel Ángel Rodríguez, director de Ethical Financial Institute, "las devaluaciones que está emprendiendo se mantendrán en el tiempo y pueden tener como objetivo los 6,80 yuanes".
Pero el gigante asiático no fue el único país que ha movido ficha en su política monetaria. Singapur ha llevado a cabo su tercera flexibilización en 15 meses. La Autoridad Monetaria del país ha indicado que va tratar de impedir cualquier apreciación en su divisa para estimular su economía. Algo que se produce después de que el crecimiento se estancara en el primer trimestre. Por ello, ha fijado el tipo de apreciación en el 0%.