Los alcistas parecían tener mucho a su favor para llevarse el 'gato muerto' al agua. Tras un cierre difícil de marzo, el martes arrancó abril y lo hizo con una gran potencia. Potencia que en Europa alimentó el BCE con sus promesas de estímulos y que en EEUU alimentó las propias ganas de subir de un mercado cuya economía comienza a dar síntomas de recuperación. Sin embargo, el cierre semanal ha traído una advertencia, en particular en Wall Street. Los riesgos bajistas no han desaparecido, porque los riesgos económicos tampoco lo han hecho. El miedo sigue agazapado y aprovecha cualquier dato agridulce para saltar. En este contexto, no nos movemos en índices, pero no nos perdemos del todo las subidas: aprovechamos para comprar valores europeos en un momento técnico óptimo.
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos. Esta conocida frase de Dickens es ideal para ilustrar el complejo momento de mercado que vivimos. Un momento en el que vemos récords históricos un día y en el que al siguiente un dato de paro no tan bueno como se esperaba agita a los fantasmas bajistas.