Los analistas reconocen el esfuerzo de las compañías que consiguen reducir su deuda durante la crisis, aunque para ello hayan tenido que sacrificar sus dividendos.
En un país con el crédito restringido y tipos de financiación elevados, el mercado premia a las compañías que consiguen reducir su endeudamiento, pero que aseguran al accionista una rentabilidad gracias al pago de dividendo. Telefónica es una de las compañías que está realizando mayores esfuerzos para minimizar el tamaño de su deuda. Con el objetivo de no superar un ratio de apalancamiento de 2,35 veces al cierre del año 2012 la deuda frente a su oibda, la compañía siguió una política de desinversiones aderezada con un recorte del dividendo de ese ejercicio.
Una táctica de ventas de activos no estratégicos de desinversiones que podría continuar en los próximos meses, ya que se rumorea una posible colocación de sus participaciones en China Unicom o Telecom Italia. Muchos analistas aplauden la determinación de la teleco por reducir su deuda, algo que facilita a la compañía el acceso al mercado. Sin ir más lejos, el pasado jueves emitió bonos a cinco años con una rentabilidad del 3,19%. Desde Bestinver aplauden la determinación de Telefónica para reducir su deuda, algo que es muy importante en este entorno económico, explican desde la gestora, y por ello han comprado matildes en el último año.
Si bien hace un año, los analistas estimaban que la deuda de Telefónica ascendería hasta 56.700 millones de euros para el conjunto del ejercicio 2012; hoy esperan que cierre 2013 por debajo de 49.000 millones, pago de dividendo incluido.
Una vez que Telefónica (TEF.MC) ha conseguido ajustar su abultada deuda, recuperará el pago del dividendo a sus accionistas (suspendido en 2012) y que ascenderá hasta 0,75 céntimos por acción, según anunció el grupo durante la presentación de los resultados del año 2012.
La política de recortes de deuda y recuperación del dividendo para 2013 seguida por Telefónica es una garantía de mejora de la recomendación entre los analistas. El camino marcado por la teleco española ha sido seguido por otras compañías made in Spain que ya notan la mejoría de las notas que reciben del consenso de mercado que recoge FactSet.
Este el caso de Grifols (GRF.MC), el fabricante de hemoderivados, que pagará en 2014 el mayor dividendo de su historia, correspondiente a los resultados del año 2013. "El año fiscal 2013 volveremos a la normalidad y pagaremos dividendos. Yo también quiero cobrarlos", dijo Víctor Grifols, presidente de la compañía, en la Junta General Extraordinaria el pasado mes de diciembre. En los dos últimos años, la compañía destinó a reservas voluntarias el importe total de los beneficios del grupo para reducir su deuda por la adquisición de Talecris. Una política que el mercado ha premiado, otorgando una gran rentabilidad a sus accionistas gracias a la apreciación de sus acciones, que desde el primero de enero de 2011 suman unas ganancias del 215%.
La banca española también podría apuntarse a la recuperación del dividendo en 2013 después de reducirlo en 2012 para ajustar sus balances a las nuevas provisiones impuestas por el Ejecutivo (ver gráfico). Sin embargo, de todo el sector financiero español, únicamente BBVA consigue escapar de una recomendación de venta. Los analistas siguen sin ver una oportunidad atractiva en la banca nacional, situación que se extrapola a la mayor parte de firmas del Viejo Continente.
Tubacex (TUB.MC) también se apuntó durante los años de la crisis a la reducción del dividendo para mantener a su deuda bajo control, y ahora ya lo ha quitado. La compañía abonará 0,0231 euros del dividendo correspondiente a los resultados de 2012 y para los de 2013 podría alcanzar ya los 0,03 euros, según estima el consenso de mercado.
Todas estas compañías son un mantener o una venta para la media de firmas de inversión recogidas por FactSet, sin embargo esta política de aumento del dividendo y reducción de la deuda comienza a dar resultados entre las recomendaciones de los analistas. Todavía están lejos de pasar a ser una compra, pero el camino, por el momento, parece el adecuado, a pesar de los grandes problemas que se ciernen sobre la economía española.