El terremoto que ha provocado el coronavirus ha cambiado de forma drástica las proyecciones de beneficio neto de las firmas del Ibex 35. Si a principios de año se esperaba que las españolas se acercarían en su conjunto a los 50.000 millones de euros en ganancias netas, ahora se estima que no sobrepasen los 10.000 millones.
Uno de los mayores deterioros es el que protagonizará Santander que este año no liderará el selectivo español por resultados, la primera vez en siete años. La mayor merma en sus previsiones anuales se ha materializado tras la presentación de sus cuentas correspondientes al segundo trimestre del año.
En este anuncio, la firma de Ana Botín presentó unas pérdidas de 10.798 millones de euros, tras realizar un ajuste de más de 12.000 millones, al actualizar el valor de sus filiales en Reino Unido, EEUU y Polonia, un daño que nunca antes se había dado.
En consecuencia, según el consenso de analistas recogido desde FactSet, se espera que este año la mayor entidad financiera de España tenga unas pérdidas de más de 3.000 millones de euros, alzándose con el peor resultado de su historia. De cumplirse estos pronósticos sería el peor ejercicio de un banco en todo el Stoxx 600 y los segundos peores de todo el Ibex 35.
Asimismo, tendría que irse más allá de 2022 para recuperase de los efectos de la pandemia y volver a tener un resultado como el de 2019. Las primeras previsiones para 2023 apuntan a que superará los 7.000 millones de euros, que sería su mejor resultado desde 2018. Con todo, estas proyecciones son muy volátiles y pueden cambiar con el paso de los meses, sobre todo teniendo en cuenta la incertidumbre actual y la posibilidad de una segunda ola.
Irremediablemente, este deterioro ha afectado a su recomendación, ya que la mayor parte de los analistas aconsejan mantener sus títulos. Este análisis es compartido por lo expertos de JP Morgan que opinan que "existe un riesgo de que las pérdidas en los préstamos sean mayores de lo esperado por culpa de la pandemia y por su alta exposición a otros mercados como el Latinoamericano".
Los analistas del Deutsche Bank también se unen a sus compañeros estadounidenses y aconsejan esperar. Según estos expertos, "durante los últimos tres meses, Santander ha tenido un muy mal comportamiento si se compara con otras entidades financieras españolas". Atribuyen esta conducta a "la vulnerabilidad de la firma al recortarse los tipos de interés en algunos mercados".
La nota más positiva proviene de Barclays que sí que animan a comprar sus títulos. En un informe sobre la entidad financiera recalcan que "la diversificación de la multinacional le permitirá tener un buen crecimiento una vez la pandemia haya remitido". Asimismo, señalan que "el banco ha estado cambiando muy rápido para aumentar sus ratios de capital, tras las decisiones tomadas sobre los dividendos de 2020 y 2019". También ponen en relieve "su perfil en otros mercados como el brasileño o el mexicano que son señalados como claves en su negocio a nivel global".
En el mercado de valores su situación tampoco parece relajarse. Y es que la cotización bursátil de la firma llegó a deteriorarse más de un 50%, con respecto a las posiciones en las que se movía a finales de febrero. Actualmente, ha recuperado menos de un 10% de los niveles más críticos que marcó durante esta recesión.