A principios de febrero, la subida anual que vivía Indra la llevó a alcanzar precios no vistos desde mayo de 2018, sin augurar que semanas más tarde iba a sufrir uno de los mayores batacazos de su historia. El Covi-Crash ha destrozado la cotización bursátil de muchas empresas del Viejo Continente y el caso de la tecnológica no ha sido diferente.
De hecho, ha estado rozando su mínimo histórico, tras perder más de un 30% en el parqué español desde el 19 de febrero, día en que la crisis del coronavirus se empezó a notar en los mercados de valores occidentales. Una caída que no ha sido capaz de remontar, a pesar de los diversos rebotes que han tenido lugar en los índices europeos.
Este pegajoso tinte rojo ha llevado a que el valor de sus acciones fluctué entre los 7 y los 6,90 euros. En consecuencia, se encuentra a menos de un 3% del mínimo temporal marcado por los analistas de Ecotrader. De hecho, Indra se coloca como la empresa del Ibex 35 más cercana a este nivel, seguida por tres bancos CaixaBank, Bankinter y Sabadell y uno de los mayores caseros de España, Merlin Properties.
Por otro lado, las valoraciones de los expertos recogidas por FactSet son muy favorables para la compañía y más del 60% de ellos recomiendan adquirir sus títulos, que cotizan a un PER –número de veces que el beneficio está incluido en el precio de la acción– de 10,94 veces, que se ha abaratado un 23,99% de lo que marcaba a principios de 2020.
Estas recomendaciones han ido mejorando a lo largo de las últimas semanas, al igual que en el caso de muchas empresas del Ibex 35. En consecuencia, el índice español marca su mayor número de consejos de compra desde 2010. Por ello, muchos analistas coinciden en que la situación actual del mercado es una oportunidad histórica para entrar en las multinacionales que hace un mes eran impensables.
Indra no ha sido inmune a los latigazos del Covid-19 en sus estimaciones de beneficio neto para este año que han descendido un 15,5% desde que se agravó la pandemia. Aún así, el grupo español cerrará el año con 131 millones de euros en ganancias netas, consiguiendo su mejor resultado desde 2012, donde superó esta cifra por 2 millones más.
La situación actual llevó a que la multinacional se planteará hacer un ERTE a sus empleados aunque, en un principio, han desechado esta idea, mientras que sus empleados están a la espera de las nuevas decisiones que decidan tomar la cúpula directiva.