En las últimas semanas ha cambiado uno de los paradigmas del mercado americano, que era que el bono soberano a 10 años sea más atractivo que entrar a bolsa buscando la rentabilidad por dividendo.
¿Por qué se ha revertido esto? Las dos variables han evolucionado de forma contraria. Por un lado, muchos inversores han huido de Wall Street ante los vaivenes de la guerra comercial que están librando Estados Unidos y China y eso, unido a los miedos a una fuerte desaceleración económica que llegue incluso a niveles de recesión, como ya se anticipan en Alemania por ejemplo.