Es muy probable que las pequeñas empresas nos empiecen a dar alegrías si los inversores definitivamente se reconcilian con España.
Todo apunta a que los alcistas han vuelto a fijarse en el mercado español y prueba de ello fue ver la semana pasada como el IBEX 35, tras intentarlo sin éxito en numerosas ocasiones, acabó batiendo resistencias clave que presentaba a la altura de los 8.750 puntos.