La canadiense tardó meses en entender lo que ya sucedía en el mercado, y fue sólo a finales de 2008 cuando se vino abajo en una caída brutal en tendencia que sin embargo. Hoy, pese al liderazgo de la tecnología en el ciclo de brutal recuperación que hemos visto -con un Nasdaq batiendo incluso los altos previos a la crisis subprime-, los precios marcan nuevos mínimos decrecientes en algo que desafía a la normalidad pero es tan real como la vida misma debido a un nuevo desplome del valor, muy superior al 10 por ciento, y que nos pone ante los ojos los peligros de todo tipo que existen en los mercados.
Diversificar ampliamente, trabajar con stops, y entender que en los mercados estamos corriendo más riesgo del que nos han contado que tienen, es absolutamente necesario para que esta actividad que es la bolsa no pueda acabar nunca en drama. A cambio, renunciamos también a forrarnos en un trato que es justo.
Con la pérdida de los 35 dólares los precios rompen con hueco su soporte horizontal y también el filtro en forma de línea de demanda decreciente que permitían considerar razonables los precios. Los bajistas golpean con dureza de nuevo, y con independencia de un rebote que pueda cubrir total o parcialmente el hueco dejado hoy, si es que sucede, a priori no debería considerarse probable un suelo sostenible mientras los precios no alcancen la zona de los 20 dólares.