Con la superación de los 100 dólares comprendimos definitivamente que esperar un pull-back hacia los 93 dólares para intentar un reposicionamiento alcista nos había condenado a quedarnos fuera de una de las tendencias más vigorosas del mercado. Lo aceptamos con deportividad porque el control de los riesgos es nuestro caballo de batalla y lo que nos asegura que seguiremos aquí a largo plazo aunque eso sea a costa de dejar escapar grandes oportunidades y seguir trabajando mientras algunos se hacen ricos y la mayoría de los que lo intenta acaba bajo el puente.