En el ecuador de la sesión vemos descensos generalizados en Europa, que de manera general no suponen de momento un cambio significativo en el panorama técnico de corto-medio plazo. Cualquier vuelta atrás o giro en los niveles actuales, de resistencias tan críticas como el entorno de los 11.000-11.050 puntos del Ibex o los 3.050 del Eurostoxx, produce inquietud en el contexto actual de alto sentimiento alcista y escasa corrección, además de las divergencias vistas al otro lado del atlántico. No obstante, salvo en el caso del Ibex, el resto de índices se mantiene de momento por encima de soportes reseñables de corto plazo, por lo que no se puede hablar aún de una auténtica degradación en el entorno técnico. En el caso del selectivo español, la mañana no ha sido propicia por la mala evolución de los valores bancarios europeos, en medio de datos de alza de demanda de liquidez al BCE y rumores en torno a Portugal. Técnicamente y cómo podemos ver en el gráfico adjunto, tras perder el nivel correspondiente a la antigua resistencia de los 11.050 puntos el Ibex ha cedido los 11.000 puntos confirmando un patrón potencialmente bajista en forma de doble techo a corto plazo que abre la posibilidad de ver al índice probando el soporte de los 10.900 puntos. Como hemos podido comprobar, los alcistas luchan esta posibilidad, manteniéndose la igualdad en torno a este nivel clave en estos momentos. En definitiva, espadas en todo lo alto de cara a un cierre semanal donde de conseguir los alcistas mantener sus plazas conseguirían rubricar una buena semana para sus intereses. Para ello habría que pedir cierres claramente por encima de máximos anteriores, como los 3.050 puntos para Eurostoxx o los 11.000-11.050 puntos para el Ibex.