Puede que el BCE, el FMI y las autoridades europeas hayan conseguido reestablecer la paz en los mercados tras activar el plan de rescate a Grecia e implantar medidas extraordinarias para reforzar el euro. Pero no se engañe, la bestia de la incertidumbre tan sólo está dormida y amenaza con despertar ante la difícil situación a la que se enfrenta la zona euro.
El continuo encarecimiento de la protección frente a un posible impago de algún eurosocio y el repunte de la rentabilidad de los bonos demuestra que la situación no está controlada y que otro foco de preocupación está empezando a hacer mella en el ánimo de los mercados.