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Pulpo, animal de compañía

  • En mayo, los bancos tenían 188.000 millones de euros en bonos y letras del Tesoro
Hombre admirando a un pulpo. Dreamstime

Un pulpo no es un animal de compañía. Es una obviedad. No obstante, cuando algo falso se comienza a aceptar, de tanto repetirse acaba siendo comúnmente aceptado. Parecería como si la realidad diera paso a tomar algo erróneo y falso como verdadero simplemente por reiteración.

Lo mismo que un pulpo no es un animal de compañía, los bonos soberanos emitidos por los distintos Tesoros de la Eurozona no están libres de riesgo. Aunque la normativa de bancos y de seguros europea considere que la inversión de estas entidades en deuda pública de los distintos tesoros de la Eurozona está exento de riesgos, es una premisa falsa, por mucho que se repita.

La entrada en la Eurozona supuso para todos los países integrantes de la moneda única renunciar a su soberanía monetaria, de tal forma que desde que se adoptó el euro ninguno de sus países miembros tiene la capacidad de emitir su propia moneda.

La falsa consideración de los bonos soberanos de los distintos tesoros de la Eurozona como activo sin riesgo tiene consecuencias: incentiva la inversión de bancos y aseguradoras en bonos soberanos frente a cualquier otra opción, al considerarlos como activos sin riesgos.

Los bancos tienen que cumplir unos requisitos de capital. Se establece un sistema por el que dependiendo del activo en el que inviertan (la concesión de un préstamo es un activo para el banco prestamista) se realiza un cálculo de consumo de capital.

De este modo, el destino de su inversión se ve condicionado por la determinación de "cuánto capital" consume cada inversión. Pues bien, la inversión en bonos soberanos de los distintos países de la Eurozona NO CONSUME CAPITAL. Es decir, mientras que con un determinado nivel de capital, un banco tiene limitada la cantidad que puede prestar vía préstamos y créditos, la inversión en bonos soberanos, incluso de forma apalancada, (casi) NO TIENE LÍMITES.

Los principales beneficiados de esta situación no son los bancos y aseguradoras, sino los distintos estados de la Eurozona. Gozan de una calificación que no responde a la realidad, pero que hace que un elevado volumen de los recursos de los bancos y aseguradoras se destine a la adquisición de bonos soberanos que financian el déficit y la deuda pública. A mayo de este año los bancos y las aseguradoras españolas tenían en sus balances más de 188.000 millones y 100.000 millones de euros, respectivamente, en bonos y letras del Tesoro español y las aseguradoras.

La quita aplicada a los bonos soberanos griegos con motivo del rescate del país heleno hace más de una década fue la prueba incontestable de la existencia de riesgo en estos activos. Aun así, no cabe esperar que la normativa europea cambie considerando la realidad tal cual es. Si se limitara la tenencia de bonos soberanos en las carteras de los bancos al asignarles un determinado nivel de riesgo y de consumo de capital, los distintos tesoros nacionales perderían a unos de sus grandes demandantes: los bancos y las compañías de seguros. En consecuencia, se verían obligados a subir los tipos de interés ofrecidos para que otros inversores compraran sus bonos.

De momento se seguirá aceptando pulpo como animal de compañía.