Nvidia y la insoportable variabilidad del mercado

El mercado es un lugar volátil. Volátil y cambiante. Por ello sin una buena diversificación y control del riesgo, un mal uso de las emociones puede dilapidar un patrimonio. No existen secretos indescifrables, ni técnicas infalibles, y por eso no significan realmente nada cosas tan llamativas como la acontecida en Nvidia, que ayer llegó a subir un 5 por ciento tras presentar resultados y hoy se desploma violentamente; en una jugada que supone replicar exactamente lo sucedido 24 horas antes con Cisco.

Y más allá de las cábalas la realidad: un valor como Nvidia se mueve un 10 por ciento y no ha pasado nada. Por eso no puede ponerse más que una porcioncita de capital en una sola idea si lo que se persigue es la rentabilidad. Y es que para hacerse millonario lo que procede es la lotería; aunque la probabilidad de que salga bien tiende a cero del mismo modo que en el mercado sin técnica y control del riesgo monetario. ¡Pero ay! Estos impiden el hacerse millonario.

Nada había pasado para que Nvidia subiese un 10 por ciento durante la semana. O al menos nada que alterase el orden de las cosas. Un orden que pudo haber sido alterado favorablemente de haberse consolidado la primera reacción tras los resultados, pues hubiéramos tenido ruptura de resistencia creciente con hueco para confirmación de un patrón de vuelta aún más amplio. El tercero. Un orden que se altera en nuestra contra si se rompen la directriz alcista de aceleración que les muestra el gráfico adjunto y su soporte asociado, zona de soporte que va desde el hueco de los 18 dólares a los 18,25 del último mínimo creciente. Bajo ese nivel, podemos situar nuestra nueva zona de protección.