La pérdida de soportes clave que presentaba el BBVA a la altura de los 8,65 euros nos obligó a reaccionar y decidimos cerrar la estrategia que teníamos abierta en el banco. El deterioro del sector bancario europeo, cuyo gráfico se puede ver en la parte inferior, fue un motivo más que invitó a ser radicales.
En plazos cortos asistimos a una reacción alcista que es del todo lógica y normal dentro del proceso bajista que desarrollan la mayoría de curvas de precios de los principales bancos europeos. El problema es que esta reacción podría ser un simple rebote por sobreventa, tras el cual las caídas podrían retomarse. Esto es así en la medida que todavía no se han alcanzado ni siquiera los objetivos de caída mínimos que surgen de proyectar la amplitud de los patrones bajistas que desplegaron tanto el BBVA, en forma de doble techo (t1t2), como el sector, en forma de cabeza y hombros (hch).
El hecho de que no se hayan alcanzado esos objetivos teóricos mínimos de caída, como son los 8 euros en el BBVA, y que no seamos capaces de observar una figura de vuelta alcista que sugiera que ese objetivo no se va a alcanzar y que la tendencia alcista puede retomarse, invitan a seguir permaneciendo al margen desde el punto de vista operativo.