La batalla sigue en manos de los alcistas, pero el cierre semanal tiene la batuta

Tras la corrección del martes, cada paso de los alcistas es crucial para confiar en que la renta variable va por el buen camino. La última sesión parecía dar motivos para creer. Pero habrá que esperar al cierre semanal, y más después del titubeo que experimentó el Dow Jones en la segunda parte de la sesión.

Los datos macro de EEUU cumplieron a la perfección con el guión. Los subsidios de desempleo se incrementaron menos de lo previsto por el mercado, lo que no sólo contribuyó a que Wall Street abriese al alza, sino también a que los índices europeos cerrasen con repuntes de en torno al 1%, y lo que es más importante, que lograsen romper los máximos de las dos últimas semanas.

Hecho este trabajo, el camino que les queda por andar a los principales índices es romper las resistencias que aparecen en los máximos del 5 agosto. Ese es el paso crucial, según advierte Joan Cabrero, analista de Bolságora para "poder pensar en una resolución al alza del lateral que define la renta variable en estos últimos meses".

Y mientras alcistas y bajistas se dirimen en esta guerra, el miércoles reiterábamos la importancia de vigilar de cerca a la banca alemana. La afirmación del Wall Street Journal de que los test de estrés a las entidades europeas no habían sido "limpios" lastraron al sector financiero entonces. Ayer, el mercado volvió a abrir la caja de Pandora de las dudas sobre la depreciación de las carteras de renta fija de las entidades del Viejo Continente, a lo que tampoco es que contribuyesen los rumores de que Deutsche Bank podría estar preparándose para ampliar capital por valor de 9.000 millones de euros.

La reacción de la entidad en el mercado estadounidense fue una dura caída -superior al 3%-, lo que no presagia nada bueno para la apertura de mañana. Un nuevo seísmo en el sector bancario podría poner la zancadilla al EuroStoxx 50.