Se temía que esta temporada de resultados fuera la de retocar previsiones a la baja. Pero no. Las empresas que comunican sus números, he ahí Alcoa, Intel, pero también la europea BMW mejoran sus previsiones para el resto del año. Y eso da visibilidad. La suficiente como para ir alejando algo el fantasma de la deflación. Los bonos, las materias primas y el euro así lo reflejan. Éste último es clave para el devenir de las bolsas. Y apunta maneras.
Los alcistas, además, si recuperan la confianza de una forma más definitiva pueden tener mucho que decir, especialmente, porque los gestores de fondos están lejos de la renta variable, lo que explicaría los bajos volúmenes de negocio que se están efectuando en los últimos días.