El sector eléctrico español se debe sentir esta semana como a un estudiante al que, de repente, le acaban de decir sus padres que, aunque le habían prometido una mejora de su paga a partir del próximo fin de semana, tendrá que conformarse con la misma. Es más, le han insinuado que igual es más baja en el futuro, cerrándole la puerta a que pueda acudir a su madre a quejarse, porque ella también está de acuerdo. (Más información este fin de semana en el suplemento de inversión Ecobolsa)
El problema del estudiante es el mismo que el de las eléctricas, que depende económicamente de alguien. Vaya, que cuando deciden no darte más dinero, pues no te lo dan con la filosofía de que se impone la austeridad en el gasto y que lo de apretarse el cinturón, en principio, va para largo.