Tradicionalmente, el dólar y el bono del Tesoro estadounidense han actuado de moneda y activo refugio en momentos de turbulencias financieras. Tras el anuncio de Trump de los aranceles recíprocos, el 2 de abril, se produjeron fuertes caídas generalizadas de las bolsas, pero simultáneamente también cayeron el bono del Tesoro americano y especialmente el dólar, dejando de ejercer su papel habitual de activo y moneda refugio.
Ante este movimiento extraordinario, y poco habitual en las últimas décadas, son numerosos los análisis y previsiones que vaticinan el fin del dólar como principal moneda de reserva y la pérdida de atractivo del bono del Tesoro americano como activo sin riesgo de referencia. Esta conclusión se antoja precipitada.