El mercado ha proyectado en los últimos días uno de los caminos que puede seguir el Banco Central Europeo (BCE) durante los próximos meses, tras la finalización del programa de compras de deuda al cierre del presente ejercicio. El apetito por los bonos alemanes de larga duración -la deuda a 10 años (Bund) ha repuntado un 2% en 4 semanas y el papel a 30 casi un 7% en el mismo periodo- anticipa que la institución monetaria primará los plazos más amplios a la hora de reinvertir los bonos que vayan venciendo para mantener a la inflación cercana al 2%, según su mandato, y para seguir acompañando a la economía de la eurozona, sobre la que se acumulan las incertidumbres (Italia, Brexit, guerra comercial...).
Las compras de bonos de Alemania a 30 años redujeron su interés hasta el 0,83% por primera vez desde noviembre de 2016 -ver gráfico I-, mientras que la rentabilidad ofrecida por el Bund está en mínimos de junio de 2017 actualmente. Este comportamiento ha hecho que la curva (diferencial) entre ambos se sitúe en mínimos de los últimos 2 cursos, al quedarse en torno a los 60 puntos básicos, y también en niveles de las mismas fechas en el caso del 30 respecto al 2 años (corto plazo) -ver gráfico II-.