El año 2015 está siendo histórico para la renta fija, pero es un caramelo que guarda veneno en su interior. La economía tiene muchos riesgos por delante y las agencias de rating lo valoran poniendo a muchas compañías la calificación de bono basura.
Las agencias de rating son conscientes de que el mejor acceso a los mercados de capital, favorecido principalmente por la caída global de los tipos de interés por las políticas expansivas de los bancos centrales, mejora, pero no garantiza la solvencia de las compañías. De hecho, 2015 podría ser un año histórico por el volumen de compañía que pierdan el grado de inversión y caigan a bono basura. Estos emisores (empresas o estados), conocidos como ángeles caídos (fallen angels) apuntan a un año de récord después de que Standard & Poor's alcanzase el número de empresas en esta situación hasta 25 al inicio de marzo.