La rentabilidad del bono alemán a dos años alcanza su nivel más alto desde junio de 2009. Hoy hemos cerrado nuestra estrategia en el bobl.
De poco está sirviendo la pequeña tregua que está aportando hoy el petróleo. Su escalada desde que comenzaron las revueltas en el mundo árabe ya supone un problema que está en la mente de todos en mercado y más, desde que Bernanke lo ha verbalizado.
Las expectativas de inflación, que se han acrecentado con el impulso del petróleo, continúan apretando el cinturón de los banqueros centrales, entre ellos, de Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, que se ha reunido hoy.
Y aunque la institución ha mantenido los tipos, como se esperaba, ha dejado entrever que las subidas podrían retomarse antes de lo esperado, tan pronto como en abril. Según Trichet, se está manteniendo "una vigilancia fuerte" sobre la inflación y el consejo del BCE "está preparado para actuar" para evitar que las presiones inflacionistas se materialicen.
El mercado de deuda pública se muestra inquieto, como no podía ser de otra manera. La rentabilidad del bono alemán a 2 años repunta un 0,2%, hasta el 1,74%, situándose en máximos desde junio de 2009, mientras que la del bono a 10 años lo hace en un 0,11%, hasta el 3,30%.
Pero lo cierto es que las palabras de Trichet poco afectan a nuestra cartera de renta fija, puesto que precisamente hoy hemos cerrado la única estrategia que manteníamos en deuda pública, la del alemán bobl.