La victoria de Donald Trump borró las dudas que quedaban sobre una eventual subida de tipos por parte de la Fed antes de que acabe el año. El mercado de renta fija está cotizando definitivamente que esto sucederá el próximo mes de diciembre (la probabilidad que calcula Bloomberg ya supera el 90%), ya que la política de gasto, que se prevé para el mandato del republicano, presionará al alza la inflación, lo que ha llevado a los inversores a deshacer posiciones en la renta fija, vendiendo en solo dos días un billón de dólares en bonos, según datos de la agencia de información económica.
Un indicador importante que refleja esta tendencia es el diferencial entre bolsa y bonos. La semana pasada, la renta variable (medida a través del MSCI World Index) batió en 4,8 puntos porcentuales a los bonos (calculado mediante el Barclays Global Aggregate Index). Es la mayor diferencia desde diciembre de 2011, lo que refleja la rotación de carteras hacia el mercado de acciones que comenzó la semana pasada tras las elecciones presidenciales en las que salió derrotada Hillary Clinton, la favorita del mercado.