El año 2015 está siendo histórico para la renta fija, pero es un caramelo que guarda veneno en su interior. La economía tiene muchos riesgos por delante y las agencias de rating lo valoran poniendo a muchas compañías la calificación de bono basura.
Las agencias de rating son conscientes de que el mejor acceso a los mercados de capital, favorecido principalmente por la caída global de los tipos de interés por las políticas expansivas de los bancos centrales, mejora, pero no garantiza la solvencia de las compañías. De hecho, 2015 podría ser un año histórico por el volumen de compañía que pierdan el grado de inversión y caigan a bono basura. Estos emisores (empresas o estados), conocidos como ángeles caídos (fallen angels) apuntan a un año de récord después de que Standard & Poor's alcanzase el número de empresas en esta situación hasta 25 al inicio de marzo.
Durante 2013 y 2014, el número de ángeles caídos no superó los treinta y en el peor año de la crisis económica, en 2009, llegó a superar los 70. Este año, por su parte, en dos meses y una semana ya hay 25 emisores en esta situación, una progresión que podría batir todos los récords este año. No solo eso, sino que además, se tratan de emisores con mucha deuda en el mercado, tanta como 350.000 millones de dólares. Otra cifra que también va camino de marcar un hito histórico si llega a superar los 530.000 millones de bonos gestionados de 2005 (ver gráfico).
Todavía hay un buen puñado de empresas que tienen riesgo de perder su grado de inversión, bien porque estén al borde del bono basura y tengan una perspectiva negativa para la agencia, o porque estén en revisión negativa de su calificación. Actualmente hay 42 empresas en esta situación con un volumen de deuda de 97.300 millones de euros, lo que refleja que el ciclo de rebajas podría profundizar más este año. Las cifras históricas muestran como un 57% de las compañías que están en la categoría de triple B (ya sean BBB-, BBB o BBB+) vieron rebajado su rating cuando estaban bajo revisión negativa y un 26% cuando tenían perspectiva negativa.
Si hay un país caído en 2015, ése es Rusia. El 64% de los emisores que han caído a bono basura son del país, mientras que en 2014 no tuvo ninguna compañía en esta lista. El día que cambió la tendencia para todo 2015 fue el 26 de enero, cuando S&P degradó el rating de la Federación Rusa hasta BB+ después de una década siendo grado de inversión. La caída del precio del petróleo, del rublo y la recesión que se avecinaba en el país acabaron por dar la puntilla a la calificación crediticia del país.
Desde ese momento, se produjo un auténtico efecto dominó, donde las piezas que caían tiraban a las siguientes. Las agencias de calificación acostumbran a ajustar las notas de las empresas de un país a su soberano, de modo que éste actúa como techo para las compañías del país. De este modo, al perder Rusia el rating de grado de inversión, arrastró al resto de firmas en su caída. De este modo, empresas del tamaño de Gazprom, Russian Railways o VTB Bank se vieron incluidas en la lista de fallen angels.
Al margen de Rusia, Estados Unidos lidera esta lista con un 20% de los ángeles caídos, si bien es cierto de que se trata de empresas de menor tamaño y de sectores muy diversos, como el inmobiliario, químico o energético. De todas ellas, la que tiene un volumen de deuda emitido más elevado es Midstream, empresa que ofrece servicios de logística para el sector petroquímico con más de 5.600 millones de euros de pasivo en el mercado.
En la lista de fallen angels aparece también otra popular compañía británica: Tesco. La firma de ventas minoristas fue la primera del año en caer a bono basura para S&P. La compañía también tiene esta calificación para Moody's y está a solo un escalón de perder el grado de inversión de Fitch, que tiene su deuda con perspectiva negativa.