El mercado de las materias primas ha cerrado su segundo año consecutivo de recuperación tras tocar suelo a comienzos de 2015. El petróleo, que se ha anotado más de un 17%, se debate entre los recortes de la OPEP y el avance del fracking estadounidense y busca un equilibrio comercial que estabilice su precio. El oro ha repuntado un 13,5% ante los distintos eventos geopolíticos en 2017.
Tras dos años seguidos de recuperación, el mercado espera que por fin llegue la estabilidad en los precios de las materias primas. Petróleo, gas, metales preciosos e industriales cuentan con unas perspectivas, por lo general, positivas de cara al próximo año. Los expertos coinciden en destacar un aumento de la demanda de las commodities a nivel global merced a las buenas previsiones de crecimiento que se esperan para 2018.
Desde Renta 4 calculan que el PIB mundial se incrementará en un 3,7% frente al 3,6% de este año. "Veremos un crecimiento económico sincronizado, apoyado en el exceso de liquidez, aunque seguirá siendo moderado en términos históricos", señalan. Lógicamente, serán los países emergentes los que crecerán –casi un 5%, según el Fondo Monetario Internacional– mientras que los más desarrollados no llegarán a los 2 puntos porcentuales.
"El aumento de la demanda en el conjunto de las materias es extremadamente robusto", señalan desde Goldman Sachs. "Los inventarios se han ido reduciendo a lo largo de los últimos meses y tanto el crudo como los metales industriales han entrado en backwardation [los futuros de la materia cotizan por debajo de sus precios al contado, lo que implica un déficit de oferta a corto plazo]", explican desde el banco de inversión norteamericano, que recomienda sobreponderar la inversión en commodities y prevé retornos cercanos al 10% para los próximos 12 meses. "La energía, los metales industriales y los preciosos se suelen comportar bien en los periodos de subidas de tipos", añaden.
Parece ya lejano el momento en el que el barril de Brent cotizaba por encima de los 100 dólares, pero sólo hay que remontarse tres años para verlo. Desde los máximos de junio de 2014 marcados en los 115 dólares, el petróleo ha sufrido su peor crisis de la historia, sólo equiparable al desplome de 2008. A comienzos de 2016 tocó fondo y el crudo de referencia en Europa se llegó a intercambiar por apenas 28 dólares. Desde entonces, la materia se ha recuperado progresivamente hasta encontrarse ahora por encima de los 63 dólares por unidad, con un avance en 2017 que ha superado el 17%. No obstante, la estabilidad de precios, tan ansiada por el mercado, todavía no ha llegado pese a los esfuerzos continuados de una OPEP que tiene en el fracking estadounidense su peor enemigo.
Desde MoraBanc apuntan a que "todo dependerá del cumplimiento del acuerdo de la OPEP y de la capacidad del shale para llenar el hueco abierto por la menor producción tradicional. Los fundamentales no han cambiado: el mercado está en déficit de oferta, los inventarios totales siguen descendiendo y las perspectivas de demanda continúan sorprendiendo".
En este sentido, según los últimos datos de la AIE (Agencia Internacional de la Energía), la oferta a nivel mundial se encuentra en los 96,6 millones de barriles mientras que la demanda se sitúa en los 98 millones.
Por el contrario, en ETF Securities no son tan optimistas y estiman que "el rendimiento del crudo no será espectacular ya que el enfrentamiento entre Estados Unidos y la OPEP evitará reducciones significativas en el suministro".
Si se cumple el incremento de la demanda y la OPEP honra el acuerdo fijado, el shale norteamericano debe producir un 30% más de lo que produce actualmente sólo para equilibrar el mercado, según los cálculos de MoraBanc.
"El ciclo ha cambiado", afirman los analistas del banco andorrano. "La inercia debería seguir siendo alcista. No obstante, tendría sentido una consolidación en estos precios antes de buscar nuevas metas, por lo que somos prudentes", añaden.
Los llamados metales industriales, como el cobre, el acero, el hierro, zinc...etcétera, también han vivido un buen ejercicio. El índice Bloomberg Industrial Metals, que recoge una cesta compuesta por estas materias, se ha anotado más de un 28%. "Nos encontramos en un punto de inflexión", aseguran desde ETF Securities. "Las materias primas relacionadas con las tecnologías de eficiencia energética, automatización y cambio climático serán centrales en la demanda futura". Entre los productos que se verán afectados, los expertos de esta casa de análisis destacan el litio y el cobalto, "ambos esenciales para la producción de baterías".
En Goldman Sachs, por su parte, identifican importantes divergencias entre los metales. "Tanto en el cobre como en el aluminio la demanda muestra fortaleza, sin embargo, las dinámicas en la oferta difieren, por lo que sólo somos positivos en el primero".
El precio del oro, que este año ha repuntado cerca de un 10%, se verá lastrado por la subida de tipos en Estados Unidos, coinciden los analistas. Sin embargo, como activo refugio por excelencia, cualquier evento geopolítico inesperado puede impulsar su valor. "Vemos pocos cambios en el precio del oro el próximo año", anticipan desde ETF Securities. Esta visión es compartida por los expertos de MoraBanc, que tampoco aprecian ningún motor para el metal, "dado el buen comportamiento de la renta variable".
No obstante, Tomás Epeldegui, director de Degussa en España, prevé retornos positivos en la plata, "tras el punto de inflexión vivido este año", al igual que ETF Securities, que aseguran que "está por debajo de su valor razonable" y esperan que crezca su demanda como metal industrial".