Mientras los precios del oro caían en los mercados financieros, los bancos centrales llenaron sus reservas con el metal dorado. ¿Cuáles son las claves de esta estrategia?
Los bancos centrales compraron 477 toneladas netas de oro durante el año 2014, un 17% más que en 2013 y el segundo dato más alto de los últimos 50 años, solo por detrás de las 544 toneladas que incorporaron a sus reservas en 2012. Este volumen significa que las entidades emplearon en torno a 19.000 millones de dólares para comprar lingotes del metal. También aumentó la demanda de oro para la creación de nuevos mercados de cambio, como el Mercado Internacional de Oro de Shanghái.