La exposición a materias primas continúa en los mismos niveles de la semana pasada. Hemos analizado la situación general de estos activos y también de las agrícolas.
Ha sido una semana movida en el mercado de materias primas. La inestabilidad generalizada a raíz de Grecia se trasladó a estos activos, como también lo hizo la decisión de la Agencia Internacional de la Energía de liberar 60 millones de barriles de crudo para paliar problemas de suministro por parte de Libia.
El deterioro fue generalizado, pero con dos focos importantes: por un lado, el petróleo, que a raíz de esa decisión acentuó su caída; y por otro, las materias primas blandas, en especial el grano -trigo, maíz, etc...- que sufrió las consecuencias de la cumbre de ministros de Agricultura celebrada en París.
En una semana sin decisiones estratégicas importantes (y después de haber cerrado la pasada la posición que manteníamos en crudo y parte de la que poseemos en oro), sí hemos analizado las señales que nos envían las materias primas en conjunto. Por un lado, a través del índice Deutsche Bank Commodity Index que, pese al deterioro, ofrece incluso señales esperanzadoras para los analistas de AAFI.
Por otro lado, y después de que el miércoles activos como el trigo corrigiesen más de un 5%, hemos echado un vistazo a la situación del índice DBA, que refleja la evolución de varias materias primas blandas. La presión de los bajistas ha hecho mella en el indicador que, "para una regeneración alcista tendría que empezar por una ruptura de los 33,5 dólares en lo que sería una lógica salida en tendencia", según señala Carlos Doblado, estratega jefe de AAFI para Ecotrader.
El otro protagonista de las últimas cinco sesiones, el crudo, ha protagonizado descensos semanales superiores al 2,5% en el caso del norteamericano y de más del 7% en el del Brent europeo, que ha terminado la semana sobre los 105 dólares por barril. El activo refugio por excelencia, el oro, tampoco logró escapar a la corrección: cedió un 2,5% y despide la semana en los 1.500 dólares.