Hemos recogido beneficios en el cobre y el aceite de soja y abrimos algunas estrategias en divisas, como la del euro / dólar.
Ha sido una semana intensa en el ámbito de las materias primas, sobre todo en el caso del petróleo, que ha sido el primer afectado de las tensiones que se están sufriendo en Libia. Estratégicamente, este tipo de activos tienen ahora menor peso en nuestra cartera (un 8%) que la semana pasada, después de que decidiésemos recoger beneficios en el cobre y cerrar también la estrategia sobre el aceite de soja.
Esta semana, el petróleo ha continuado en el punto de mira del mercado, ya que en Europa ha superado los 111 dólares por barril en cinco días en los que su precio ha subido más de un 9%. La inestabilidad también ha beneficiado al oro, que se ha convertido en refugio de muchos inversores, catapultando su precio por encima de los 1.400 dólares por onza (ha cerrado la semana en el entorno de los 1.409 dólares). Hemos revisado este metal precioso, en el que hemos visto un punto de inflexión.
Decidimos recoger lo sembrado en materias primas, pero sí hemos visto nuevas oportunidades nuevas en divisas. El miércoles situábamos en radar al euro en su cruce con el dólar. Y la moneda única en seguida nos dio la excusa para activar la estrategia, al superar los 1,37 dólares. La divisa de la eurozona rubrica una semana en la que se ha impuesto frente a la mayoría de las divisas de referencia (salvo frente al franco suizo, el yen y el dólar canadiense). Además, hemos activado también la única operativa bajista que poseemos en divisas en estos momentos: la que nos ha brindado el dólar/dólar neocelandés.