Este año puede ser el primero desde 2012 en que la moneda estadounidense cierra a la baja frente a las grandes monedas con las que se mide. De hecho, si el ejercicio concluyera ya 2017 sería el peor para la divisa estadounidense desde 2007. Y es que, el índice Dólar, que pondera los principales cruces del billete verde con especial peso del euro, se deja en el año un 5,2%. Y motivos parecen no faltarle para seguir moviéndose a la baja
De hecho, frente a la moneda con mayor ponderación de dicho índice, la europea, se deprecia desde el pasado 1 de enero casi un 6,4%, lo que ha llevado al euro a reconquistar los 1,12 dólares que no visitaba desde septiembre del pasado ejercicio.
Y según parece, los alcistas han llegado para quedarse en este cruce de divisas ya que el dólar tiene numerosos frentes abiertos frente a un euro que ya ha dejado atrás buena parte de su calendario político, frenando a la ultraderecha euroescéptica tanto en Holanda como, y principalmente, en Francia.
Donald Trump, que hasta hace escasas jornadas era uno de los motivos que le empujaban al alza, es ahora una de las principales debilidades que llevan a los inversores a no decantarse por el billete verde ni por la renta variable estadounidense. Y es que, cada vez son más las dudas sobre si el presidente logrará sacar adelante sus principales propuestas al mismo tiempo que, tras cesar al líder del FBI, se empieza a dudar de la independencia de poderes en la primera economía del mundo.
Desde Ebury señalan que "cualquiera que sea el resultado final de la actual crisis de Trump, está claro que será muy difícil que se apruebe cualquier importante estímulo fiscal o gasto en infraestructuras por parte del Congreso este año".
Dicha casa de análisis añade que tras el último dato de inflación en EEUU, "no cambia nuestra opinión acerca de que la Reserva Federal planea una subida de tipos en junio. No obstante, nuestra hipótesis cambia en el número de subidas al año. Creemos que la Fed solo subirá tipos una vez más en lo que va de año, un total de tres subidas en 2017".
En este sentido, Anna Stupnyska, economista global de Fidelity, indica que espera que "la Fed solo suba tipos una vez más y que el dólar se mantenga en los niveles actuales durante el próximo año". Más allá va el Cio de renta variable de la firma, Dominic Rossi, que añade que "si los republicanos se salen con la suya veremos un fuerte deterioro fiscal en EEUU en los próximos años lo que supondría el fin del mercado alcista del dólar".
Aun así, la encuesta que maneja Bloomberg en referencia a la subida de tipos en Estados Unidos arroja un cien por cien de posibilidades a que la entidad que preside Janet Yellen lo haga en su encuentro de junio. Menos optimistas son en el Barómetro de Tipos de la Fed de Investing, basado en los precios de los futuros sobre fondos de la Reserva Federal a 30 días, que, aunque también de forma mayoritaria prevén un incremento del precio oficial del dinero el mes que viene, sólo dan unas posibilidades a que eso suceda del 74,1%.
Desde Pioneer Investments señalan que "ha sido una tormenta perfecta que conduce a un euro mucho más fuerte", haciendo alusión a la creciente tensión política en Estados Unidos frente a la caída de las primas de riesgo del Viejo Continente tras el resultado electoral en Holanda y Francia a lo que se añade cuándo comenzará el Banco Central Europeo a introducir novedades en su política monetaria, lo que se espera que se avance en su encuentro del mes próximo.
En la misma línea, la gestora Schroders indica que "existen razones para confiar en la probabilidad de que la fortaleza del dólar se revierta", a lo que añade que, tras las alzas cosechadas en los años previos, "el sector comercial ha lastrado el crecimiento económico" por lo que su depreciación "eliminaría un factor deflacionista en la economía estadounidense". Sin embargo, esta situación, que incrementaría el precio de las importaciones, podrían significar un problema para Europa y Japón, no sólo porque sus productos serían menos competitivos, sino porque "podría sumarse a sus presiones deflacionistas". Por el contrario, para la gestora británica los que estarían de enhorabuena serían los países emergentes porque "el fin de la apreciación del dólar supondría un alivio, ya que disiparía los temores de que unas condiciones más estrictas en Estados Unidos se extiendan a estas economías a través de la deuda denominada en dólares".
Al contrario de las perspectivas que manejaban las casas de análisis tanto en el arranque de 2017 como cuando se conoció la respuesta de los mercados al resultado electoral en Estados Unidos, la paridad parece que es una realidad utópica en el corto plazo para el euro dólar ya que, sólo las casas más pesimistas auguran esta situación, y ninguna de ellas para antes del cierre del año. Eso sí, la media de expertos que recoge Bloomberg estima que la moneda común está sobrevalotrada en su precio actual y estiman que acabará el trimestre en los 1,08 dólares y el año en los 1,09 dólares, para seguir sumando en los trimestres y años posteriores (ver gráfico).
Sin embargo, su aspecto técnico es bastante más positivo para el euro. Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, señala que "la ruptura de la resistencia de los 1,1015 dólares, que era la tangencia con la directriz bajista que guiaba sus caídas, plantea un contexto de mayores alzas hacia los 1,13 dólares aunque no descartamos incluso que se dirija, tras una probable consolidación, al techo del proceso lateral que acota su evolución, concretamente 1,16-1,17 dólares".