El dólar sufre por la publicación de un descenso inesperado de los gastos personales, lo que hizo que el billete verde fuese una de las divisas más débiles de la sesión entre las más grandes.
En un mundo de desinflación y devaluaciones competitivas, China sigue empleando su tipo de cambio como un motor para su economía. Si entre 2010 y 2012 no tuvo problemas en apreciar el yuan, incluso de ampliar su banda de cotización hasta el 1%, ahora la estrategia ha cambiado. Las autoridades del gigante asiático ya no ven con buenos ojos que su divisa siga el recorrido del dólar, o que incluso se aprecie más que el billete verde, que se ha convertido en una de las monedas más alcistas del mundo en el último año.