La divisa común logró escalar por encima de los 1,33 dólares, pero no logró mantenerlos tras publicarse algunos datos macro decepcionantes.
Al final se llegó a un acuerdo en EEUU para aplazar la fecha de ejecución automática de las leyes que llevaría a su economía a un precipicio fiscal (una drástica subida de impuestos). Algo que permitió que las bolsas y los activos con mayor riesgo pudieran ganar posiciones, en la que fue la primera sesión del año en los parqués. El mismo sentimiento contagió a la divisa común, y es que el euro llegó a batir la barrera de los 1,33 dólares, pero no logró mantenerlos y al cierre de los mercados en el Viejo Continente el dólar ya había borrado las pérdidas. Incluso el yen recuperó parte del terreno cedido.