La rebeldía fiscal y presupuestaria del Gobierno de Italia y el pulso que mantiene con la Comisión Europea han llevado a los especuladores a posicionarse en contra del euro como no lo hacían desde marzo de 2017, cuando el mercado temía una segunda vuelta en las elecciones de Francia entre el comunista Jean-Luc Mélenchon y la ultraderechista Marine Le Pen. Los bajistas superan actualmente en 32.662 contratos a los alcistas sobre el cruce entre el divisa comunitaria y el dólar, según el último dato comunicado en el mercado de derivados de Chicago. Esta cifra no se alcanzaba desde la campaña gala de la primera ronda de los comicios presidenciales, durante la que las encuestas dejaron abierta la puerta a un cara a cara entre los dos polos euroescépticos del país. Entonces, el euro cotizaba a 1,07 dólares, un 6% más abajo que a día de hoy. Finalmente, el socioliberal Enmanuel Macron alcanzó la segunda vuelta y acabó derrotando a la lideresa del Frente Nacional el 7 de mayo, espantando los fantasmas que el Ejecutivo en coalición de La Liga y el Movimiento 5 Estrellas en Italia ha revivido en 2018.
Desde aquel simbólico triunfo del europeísmo de Macron, los inversores con afán especulativo –no comercial– y los fondos de cobertura –hedge funds en inglés– acompañaron la escalada del euro, que llegó a intercambiarse por 1,25 dólares el 1 de febrero de este año –máximo no visto de finales de 2014–, elevando su apuesta alcista sobre la moneda común paulatinamente, hasta convertirla en la mayor de la historia el 17 de abril de este mismo ejercicio. Poco después, la divergencia entre la Reserva Federal (Fed) –que desplegó en marzo un detallado plan de subidas de los tipos de interés–, y el Banco Central Europeo (BCE) –que no los tocará hasta, por lo menos, después del verano de 2019-, y las ínfulas proteccionistas del presidente de los EEUU –ver apoyo–, Donald Trump, se hicieron visibles en el mercado de divisas, donde el billete verde arrancó un rally alcista que es actualmente de cerca del 8% frente al euro.