El euro vivió ayer una jornada de altibajos. Tras llegar a marcar, momentáneamente, nuevos mínimos anuales en su cruce frente al billete verde hasta los 1,0375 dólares, finalmente logró recuperar parte del terreno perdido y, al cierre de esta edición, se situaba ligeramente por encima del nivel de los 1,04 dólares. Con esta caída del 0,5%, la divisa continental profundizó su retroceso frente al dólar en el año, en el que ya se deprecia un 4,4% y se cambia a niveles no vistos desde diciembre de 2002.
Unas declaraciones de Donald Trump, en las que aseguró que anunciaría una medida económica que resultará "muy positiva" para los trabajadores norteamericanos, sirvieron de acicate para el billete verde. Las palabras del nuevo inquilino de la Casa Blanca corroboraban, de este modo, las previsiones de los analistas, que esperan que las políticas fiscales expansivas del republicano dinamicen la actividad económica en el país norteamericano y resuciten a la ya casi olvidada inflación. Esas mismas declaraciones amortiguaron en un primer momento los recortes en Wall Street, donde el Dow Jones volvió a alejarse de los 20.000 puntos.
Para Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, "la cesión del soporte de los 1,0450-1,05 dólares, en el caso de confirmarse al cierre de diciembre, provocaría la definitiva pérdida de la directriz alcista de largo plazo y abriría la puerta a un contexto de continuidad bajista hacia la zona de los 0,95 dólares".
La disparidad en las políticas de los bancos centrales explican la divergencia entre ambas divisas. Mientras la Fed habló en diciembre de tres subidas de tipos para 2017, en el Viejo Continente las probabilidades que le otorgan los inversores a una subida de tipos a finales del año 2018 todavía se sitúan en el 36%, a pesar del anuncio del BCE de reducción de las compras en 20.000 millones de euros al mes.