Los 'osos' barren todos los soportes de Wall Street y ya solo un rebote contundente y creíble abriría una oportunidad de volver a comprar bolsa en el corto plazo. Las caídas del 20% desde máximos del Ibex y del resto de referencias describen la envergadura del reto al que se enfrentan los alcistas.
Las últimas correcciones son para tomárselas en serio, ya que han introduciendo a las bolsas en un territorio bajista, de despiadados osos, que pone en cuestión el ciclo de subidas más largo de la historia, el que se inició en 2009 en Wall Street. El Ibex 35 cerró la penúltima semana del año acumulando una caída del 23% desde el máximo de su último estirón alcista, el que empezó tras el Brexit, en junio de 2016, y concluyó a principios de mayo de 2017, justo cuando el panorama político del Viejo Continente parecía esclarecerse con la victoria de Enmanuel Macron en las elecciones presidenciales de Francia. El pulso planteado por Italia a la Unión Europea, el conflicto secesionista en Cataluña y la irresolubilidad de la ruptura entre Reino Unido y el club comunitario devolvieron los mismos fantasmas (con otro collar) al primer plano, y la guerra comercial entre Estados Unidos y China, los problemas atravesados por algunas economías emergentes (como Argentina o Turquía) y la desaceleración del crecimiento económico a nivel global han hecho el resto. La sangría del principal índice español es de las mayores entre las principales referencias del mundo desarrollado, pero el EuroStoxx 50 también ronda pérdidas del 20% desde su último techo y el Nasdaq 100, hoy convertido en el oráculo del mercado, ha seguido la misma senda en las últimas semanas, y de forma mucho más violenta.