Las caídas que hemos visto hoy en las bolsas europeas no hacen más que reforzar los máximos que se alcanzaron en enero como la línea divisoria que separa un contexto de mayor consolidación de uno en el que se abriría la puerta a una reanudación de la tendencia alcista de los últimos meses, dependiendo de si los índices se mantienen por debajo o las superan respectivamente.