Pudo haber sido mucho peor, ya que llegó a ceder en la jornada incluso un 5%.
La renta variable japonesa sufrió durante la jornada un fuerte ataque bajista que llevó al Nikkei a registrar una caída del 5%, aunque al cierre las cesiones quedaron matizadas con una recuperación que lleva a la principal referencia japonesa a cerrar en los 8.944,48 puntos, lo que representa una caída del 1,68%.
El Nikkei pierde el soporte psicológico de los 9.000 enteros pero a tenor de la línea de vela desplegada, que en el argot técnico oriental se conoce como martillo, que es potencialmente alcista, no podemos hablar de deterioro adicional en el índice nipón. De hecho, se abre la posibilidad de que si mañana miércoles el Nikkei abriera con un hueco al alza, se confirmara una figura de vuelta alcista en forma de ISLA. La sobreventa altísima y una recuperación esta tarde en los índices norteamericanos podrían ser el detonante de ello y abriría las puertas a un rebote que trataría de ajustar parte de las últimas y fuertes caídas.